Con mi pareja Ray estuvimos mucho tiempo pensando en ser hogar temporal, pero la verdad es que siempre nos ganaba pensar en la pena que nos daría dejar a los bebés en sus nuevas casas y no tanto por nosotros, más bien sentir que les fallaste/abandonaste y que ellos lo sepan, que ellos te extrañen. Después de mucho conversarlo nos convenció que si no era aquí era en cualquier otro hogar y que le haríamos un bien a cualquier perrito que llegara a nuestro hogar.
Llegaron 4 bebés de 3 semanas. Los primeros días ni caminaban y poco veían, solo lloraban por leche cada pocas horas y quizás por extrañar a su mamá.
Fue toda una experiencia ser mamá de estos bebés por un mes completo crecieron muy rápido y alcancé a ver cómo corrían, jugaban e intentaban morder todo lo que encontraban. Me despertaban 4-5-6 am todos los días y a veces no de hambre, era porque querían jugar o simplemente acurrucarse en mis brazos. Cuando me levantaba e iba a la cocina a hacerme un té o cualquier otra cosa, los 4 me seguían y se quedaban conmigo aunque fuese durmiendo en mis pies mientras yo lavaba loza o cocinaba.
Ha sido muy triste despedirnos de ellos tal cual como lo pensamos, pero ahora veo a los 4 tan grandes, con sus nuevas camitas, chalequitos y con bellas familias que se han preocupados de ellos que se nos inunda el corazón de felicidad.
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